-1-
Cuando llegue el momento de elegir el té que vas a disfrutar, tené en cuenta el momento del día, tu estado de ánimo y si lo vas a acompañar con algo para comer.

-2-
EL agua tiene que alcanzar el primer punto de hervor. Nunca debe llegar al de ebullición. Es decir, tiene que estar siempre por debajo de los 100 grados.

-3-
Calentá la tetera con un poco de agua de la pava y después desechala. Este paso es fundamental dentro del proceso de elaboración de la infusión.

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Colocá las hebras dentro del filtro infusor de la tetera. La medida aproximada es una cucharadita de hebras para dos tazas con agua.

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Una vez que las hebras de té se encuentren dentro del filtro de la tetera, verté el agua que calentaste en la pava y tapá la tetera; la magia está a punto de comenzar.

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Esperá dos minutos, destapala y sentí el aroma. Dejá pasar otros dos minutos y serví el té en una taza blanca o clara para apreciar el color, el brillo y la transparencia.

-7-
Los negros van bien con leche. Los verdes, en cambio, no. El azúcar es opcional; depende de los gustos. Pero siempre es recomendable probar el té antes de endulzarlo.